El látigo de Ole Marse Marx

«Así era Ole Marse Marx, allá en su plantación.Y ésta era, sin duda, la causa de que los esclavos le adoraran: su bondad, su comprensión, y, tal vez,el hecho de ser el único plantador de la comarca que carecía de látigo.(Para demostrar su gratitud, los esclavos hicieron una suscripción y regalaron un látigo a mi padre,quien, a partir de entonces, los vapuleó desde el alba hasta el ocaso, sin darles tregua)».

Fragmento de «Memorias de un amante sarnoso» de Groucho Marx

Grande Groucho Marx, un libro que no me cansaré nunca de leer (por muchas veces que lo haga).

UPTPV